De Gilgamesh y de la Odisea, un estado espiritual con respecto al viaje


En las entradas anteriores hemos visto como el ser humano, desde la prehistoria, ha estado permanentemente en movimiento, en esta entrada les hablare del primer relato de viaje.

El primer gran relato de viaje es la historia épica, la epopeya, de GILGAMESH, el gran hombre que no quería morir.
El que está escrito en tablillas de arcilla en signos cuneiformes, primero en sumerio hace 4300 años, luego en acadio hace 3000 años.

Esta es la historia que nos cuentan los poetas (habla de Gilgamesh):

(...) “El, que abrió los pasos de montaña, cavó pozos en la nuca de las montañas, pasó el mar, el inmenso mar del que salió el sol por la mañana y exploró todo el universo en busca de la vida sin fin”.

Este primer viaje, que es al mismo tiempo un viaje geográfico, una descripción del mundo, un viaje al extremo oriental del mundo, a la desembocadura de los ríos más allá de las aguas mortales, este viaje es un viaje metafísico, un viaje metafórico. Es un viaje que Gilgamesh emprende después de la muerte de su amigo ENKIDOU, Gilgamesh teme morir y busca obtener la vida eterna para trascender su condición humana.
Él va en busca de OUTANAPISHTI, el lejano, el único hombre con su esposa que sobrevivió al diluvio construyendo un arca y a quien Dios ENLIL, desde el fin del diluvio hizo inmortal! OUTANAPISHTI vive en el fin del mundo, ahí es donde va Gilgamesh, pero éste, a mi parecer, con justa razón no consigue la vida eterna.

Entra en su ciudad de Uruk. Este primer viaje es un viaje metafísico que termina, de alguna manera, con un regreso a casa y una especie de fracaso

El contraste con la Odisea

Un poco más tarde, hace 2700 años, tuvo lugar otra gran epopeya, una de las epopeya más antiguas de las que tenemos rastros, esta vez  escrita en alfabeto griego, el griego antiguo. Es un viaje, un viaje muy largo, es la Odisea. Es el viaje de Ulises que quiere volver a casa, un viaje de 10 años, pero no es un viaje de 10 años ininterrumpidos , puesto que durante 7 años permanece cautivo de una ninfa enamorada de él: la ninfa Calypso. Es un viaje de 3 años con una escala, un tiempo suspendido de 7 años. Y es este tiempo, este tiempo suspendido, esta escala que abre la Odisea, que abre el primer campo en el que el narrador pide a la musa que cante las hazañas de Ulises, y señala que está cautivo en esta isla...
Zeus, el rey de los dioses enviará a Hermes para pedirle a Calipso que suelte Ulises. Más tarde, aprenderemos (esto volverá tres veces en la Odisea) que Calipso le prometió la vida eterna y la juventud eterna si se quedaba, pero Ulises dijo: “Lo rechacé porque en mi corazón quería volver a casa, quería volver". Quería encontrar a su esposa Penélope, su hijo Télémaco, su padre Laërte. 

Es una historia que es como una imagen reflejo de la primera gran historia de Gilgamesh, es el rechazo de la vida eterna para poder encontrar el amor propio.

Es una historia de nostalgia, añoranza, anhelo de volver. Donde Gilgamesh regresa sin haber obtenido lo que buscaba en la distancia, Ulises, por el contrario, vuelve a encontrar lo que le faltaba, lo que buscaba, el amor propio, incluso a costa del envejecimiento, ¡aun a costa de su vida, que algún día será interrumpida!



Todos somos exploradores, descubridores y eso es lo que el escritor y poeta Borges dice de una manera muy hermosa:

“Descubrir lo desconocido no es una especialidad de Simbad, Eric el Rojo o Copérnico, no hay un solo hombre que no sea un descubridor. Comienza descubriendo lo que es amargo, salado, cóncavo, liso, áspero, los 7 colores del arcoíris y las veintitantas letras del alfabeto. Pasa a través de rostros, cartas, animales y estrellas, concluye con duda o fe, ¡y la certeza casi total de su propia ignorancia!
Maria Kodama y yo compartimos con alegría y sorpresa el descubrimiento de sonidos, lenguajes, crepúsculos, pueblos, jardines y gente que siempre son distintos y únicos. Estas páginas quisieran ser monumentos a esta larga y continua aventura. Descubre y redescubre como si fuera la primera vez. Todo sucede por primera vez, el que enciende una candela en la oscuridad inventa el fuego, el que mira al mar ve Inglaterra, el que desciende a un río desciende al Ganges, el que mira un reloj de arena ve la disolución de un imperio, todo sucede por primera vez pero de manera eterna. El que lee mis palabras, las inventa a medida que avanza". 


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El mar, un incitador al viaje P1


EL mar, una incitacion al viaje P2




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