Las dos tentaciones de la postmodernidad
Las dos tentaciones de la postmodernidad ¿Quién lee a Bayle hoy?... por su parte, Sade y Nietzsche están a la orden del día, puede ser que hablen mejor de nuestro cansancio, nuestro aburrimiento, de nuestros sentidos o mentes. Nos cansamos de todo, nos cansamos sobre todo de la grandeza. ¿Habrá otra forma de decadencia? Sin embargo, dos tentaciones, ambas mortíferas, amenazan nuestra modernidad desde dentro o la transforman en una tentación postmoderna, la tentación de la sofistica, desde un punto de vista teórico y la tentación del nihilismo, desde un punto de vista práctico. La postmodernidad, diría yo, al estilo de Régis Debray, es lo que queda de la modernidad cuando se extingue la Ilustración, una modernidad que ya no cree en la razón, ni en el progreso (político, social, humano), ni en sí misma. Si todo vale, nada mejor que decir que una ciencia es una mitología como cualquier otra, el progreso es sólo una ilusión y una democracia que respeta los derechos humano