La utopía (P2) un sueño que espera secretamente despertar




¿Qué es una utopía?, a la vez proyecto irrealizable e ideal necesario para el avenir de un mundo mejor, el término utopía hace polémica definición de los esquicios de un sueño. Peligro para el orden establecido o medio para cambiar el mundo utopía termino forjado en el siglo XVI resiste las tentativas de definición, una de las pistas para entender el sentido es de ver el sueño del colectivo. No es en los diccionarios dónde hay que buscar la definición de utopía, estos ofrecen un condensado de lo que se llama la ciencia normal y son en consecuencia incapaces de dar cuenta de todo un fenómeno paralelo.

Dicho de otro modo el nombre utopía es un término polémico es decir que su acepción varía según la posición que ocupa la persona que la emplea en el "polemos" que divide la ciudadela. La guerra entre los que quieren conservar la ciudadela tal como está y aquellos que quieren transformarla para llegar a una sociedad mejor. Para los primeros el término de utopía es despreciativo y sirve para descalificar todo proyecto cuyo objetivo traspase lo posible para los segundos ellos sueñan un sentido positivo en la medida que ella designa una o varias guías específicas en orden de transformar el mundo.
 
Una experiencia plural

Aún más si uno busca donde Tomás Moro, quien fue el primero en forjar el nombre de utopía en 1516, se percibirá que este nombre se cuelga deliberadamente bajo el registro de la ambigüedad, Tomás Moro, para llamar a la isla ideal creada para su obra: "Del mejor de los estados posibles y de la isla Utopía". Esta palabra fue creada a partir de dos palabras griegas "ou" (que significa no) y "topos" que significa lugar, dependiendo de nuestra subjetividad uno podría darle importancia al “no”: el no lugar, el lugar que no existe o también uno podría darle importancia al “topos” el lugar donde todo está bien. Ambigüedad esencial, ella introdujo en la palabra utopía el componente del juego qué proyecto dogmatismo tanto en la definición como en la sentencia.

El término es por lo tanto más difícil de definir desde que nuestra sociedad vive bajo el imperio del rechazo a la utopía nacido en los años 1840 en Europa en el encuentro de la efervescencia utópica de la época que culmina con la represión mortal de junio de 1848 dónde las fuerzas conservadoras de la época buscaron asesinar la utopía y la revolución.

Sobre este primer rechazo vive inserto un otro rechazo muy devastador por lo demás, según la opinión de hoy en día la utopia sería la cuna de la dominación totalitaria. Pregunta, ¿esto no es confundir la utopía y el mito? Al considerar la historia del siglo XX no es la utopía la cuna del totalitarismo. Sino más bien el totalitarismo quien recluyó la utopía como todo lo que estaba dentro de la frontera de estos regímenes.

También en lugar de obstinarse a definir formalmente la utopía, mejor vale describirla en tanto experiencia, que por vías múltiples se sitúa en una posición de desfase absoluto (Charles Fourier). Experiencia plural. Puede ser retórica bajo la forma de innovación que toma prestado en los quehaceres humanos una vía oblicua de manera de atacar las formas de los prejuicios de la opinión (Tomás Moro). puede ser practicable bajo la forma de comunidades experimentales, también se puede manifestar como gesto simbólico y anunciador de una sociedad mejor por ejemplo el chaleco de los Saint-simoniens que se abotona por la espalda exigiendo la ayuda del otro.

Fue Walter Benjamín 1890 1940 autor de París capital del siglo XIX, que le debemos reconocer la importancia de sus experiencias utópicas y de haber prestado un espesor histórico nuevo, según él dar cuenta de una época es también dar cuenta de sus sueños de la conciencia onírica del colectivo, el invita a considerar las utopías como los sueños del colectivo, de ahí su más alta importancia práctica, el colectivo a su juicio explica sus condiciones de vida durante el sueño. Entendamos que la conciencia utópica se explica en el sueño y a la vez la insatisfacción de sus condiciones de existencia y el deseo de sopesar los límites como lo afirma Theodor Adorno y Ernst Bloch en una entrevista sobre la utopía en 1964 bajo la estela de Marx "falta alguna cosa". Tal sería la fuente de la utopía,  la prueba de la falta que la conciencia utópica quiere trascender con el fin que su deseo se ha satisfecho.

Es por esto que el intérprete de la utopía debe hacerse observador de sueños, debe cambiar la mirada hacia los sueños del colectivo, hacia las utopías, sin ceder a su fascinación.

La ambigüedad es el elemento propio de las utopías dado que ellas provienen de una maraña de  imágenes mítico-arcaicas y de la imagen utópica que van en direcciones contrarias, la imagen mítica reactiva el sueño de los orígenes de “la Edad de Oro” mientras que la imagen utópica toma vuelo de acción en ruptura con el mito.

La vía de la revolución

A la utopía le toca hacer la tarea de metamorfosearse en técnica de despertar cuando ella combate el mito, cuando ella dice resuelve la necedad que le afecta, es decir, cuando ella se convierte en interpretación transformándose en lo que diría Walter Benjamín una imagen dialéctica.

Comprendamos que figura onírica todavía bajo la definición de mito adicionado al despertar es igual al imagen dialéctica, o al menos produce la imagen dialéctica, ahí donde estaba la imagen de sueños ambiguos ahora es la imagen dialéctica más allá de la ambigüedad. Es gracias a esta operación que el intérprete salva las utopías y su pulso emancipador de la búsqueda de una técnica con miras a construir la constelación de sueños, según Walter Benjamín existe una estrecha correlación entre el sueño y el despertar puesto que el colectivo produce la interpretación de estas condiciones de vida, cuando uno está despierto el sueño y el despertar están estrechamente ligados. El sueño (escribe Benjamín) espera secretamente el despertar. También la utopía, en tanto que sueño colectivo puede en algunas condiciones -la separación del mito del adormecimiento- abrir la vía a la revolución, como fruto del despertar. Incluso, es preciso que la maraña de sueños dramatice la situación y aprenda a tender el arco entre adormecimiento y el despertar reenviando una alternativa: o el despertar o el vacío absoluto. Doble cara del despertar: rechaza la parte de mito que amenaza la utopía y libera en la utopía la imagen dialéctica,  lugar donde la contradicción entre los contrarios dialécticos es más intensa, a saber explosiva.

¿Un mundo sin utopía? ¿No será una definición posible de totalitarismo? Esta institución de lo social cuyo  rol de fantasía era de haber resuelto todas las contradicciones ¿no se piensa como la utopía realizada, es decir como el fin en sí de la utopía?  Más hay otra hipótesis, la del eclipse de la utopía en el mundo administrado.  Como un desierto que cree que este mundo funciona igual que él, a su identidad - la identidad de idéntico y de no-idéntico - no tendrá por trayectoria destruir el oasis del no-idéntico?  Frente a ese peligro, frente a la catástrofe que tuvo lugar: la exterminación de judíos y gitanos y los genocidios que se han sumado desde entonces, frente a la catástrofe que viene,  ¿no surge una nueva cumbre utópica que nos haga converger en la lucha contra la catástrofe? ¿El mundo de hoy no es lugar de conflicto entre el rechazo a la utopía y está cumbre utópica inédita?

Para no olvidar es la advertencia que nos dejó el gran Oscar Wilde: "Un mapa del mundo sobre el cual no figure el país de la utopía no merece echar ni el mínimo vistazo”


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Comentario del libro
 
Atlas de las Utopias - Edicion 2017
Editor : Monde Hor serie (12 Enero 2017)
ISBN-10: 2368040633
ISBN-13: 978-2368040638


Sobre esta recopilación
I)                 Que es la utopía
·        Introducción de Miguel Abensour
·        La utopía según el filósofo Tristán García
·        La utopía según el trabajador de la tierra Pierre Rahbi
·        La utopía según el neuropsiquiatra

II)               Las fuentes de la utopía
·        La utopía, un himno a la humanidad futura
·        La herencia griega, los primeros planos de un lugar que no existe
·        El paraíso, cultivar su jardín del edén
·        El mesianismo, a la espera de un nuevo orden
·        El cristianismo, la condena radical
·        Las ciudades míticas, entre idealización y desconfianza
·        Las utopías políticas Tomas Moro o la critica a si mismo
·        La reforma protestante el deseo de un retorno al ideal evangélico


 


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